martes, noviembre 17, 2009

El extraño caso de Partícipes.


En las entrañas de la empresa financiera ocurre un, desafortunado, condicionamiento a todo lo que uno puede pensar como coherencia. Algo tan emblemático como saber de individuos tan inestables que laboran en procesos mecánicos y no entregan fallas, hasta que revelan su gran falencia. Claro está que: algunos nos sometemos a las circunstancias y tratamos de manejar la situación con los elementos que lanzan, desde la cúpula, para soslayar el deterioro.


            Recuerdo que, en una época –cuando laboraba en ese departamento-,  nos habían llamado a una reunión con el sicólogo laboral de RR.HH, mientras nuestro supervisor no estaba en labores –al parecer disfrutaba de sus vacaciones-. CK (las iniciales del sicólogo laboral) preguntaba que nos sucedía. Creo que unos fueron bien taxativos en indicar que: su jefatura directa estaba siendo su mayor dramatismo existencial y, a la hora de indicarlo, la encuesta de clima laboral fue su mejor instrumento.


            Fue mi turno y dado que en esos momentos mi cabeza trataba de entender a las redes digitales y sus formas de evolución, me fijé en un ejemplo, muy pertinente de mis estudios y a CK le indiqué: “Según la Teoría General de Sistemas (TGS), si un sistema general presenta errores en su dinamismo eso afectará, indiscutiblemente, al los subsistemas”. Especificándole luego, que más allá de nuestro líder directo, la misma empresa –en esa época FF.MM. Santandersantiago ADMGF- estaba tan inestable que aquello hacia repercutir aún más nuestro deteriorado estado departamental.


            Luego de salir de esa organización. Se mantuvieron en aquel departamento los individuos y la labor continuó, hasta estos días, dónde la historia se ha repetido,  con algunas subidas de intensidad. Pero esta no se da por el lado de una empresa que ha logrado las mayores rentabilidades y no ha procurado llegar con un saneamiento multitemático holístico, como se estila en estos tiempos. Por el contrario, el abandono se ha perpetuado.


            Se aplicó, nuevamente, un sistema analítico que es objeto de manipulación y solo da una imagen estática, condicionada y, probablemente, repetitiva de lo que han venido siendo los grupos humanos al interior de esa organización. Más en específico al departamento de Partícipes y su contraparte (¿?), en el ámbito del clima. Un análisis tan falto de objetividad, si la organización está dividida de ante mano (Comerciales y Operativos, piso 7º y 8º) Sin dejar de indicar que: si el Gerente General no se ha hecho presente, para reafirmar el liderazgo, con la intención de subsanar el alicaído ambiente, lo negativo está autorizado a que se suceda. Y, sin dudarlo, señalar que: el marketing interno no tiene cabida en el que dirige tal repartición en Santander Asset Management


            Una organización inconexa, un Marketing interno inexistente, un supervisor solitario, un grupo abandonado y unos cuantos locos tratando de soportar el asedio de la labor y sus endogámicas perturbaciones. Estas últimas, potentemente preparadas para realizar sendos descalabros, como mecanismos de autodefensa cuando los empleados observan que pueden ser detectados.


            Es extraño que, dentro de toda la dicotomía, Partícipes ostente el mejor sistema administrativo, al cual siempre se ha pensado llevarlo desde una versión física a una digital. Encontrándose siempre con la perturbadora inflexibilidad del departamento de sistemas ,para llevar a cabo las mejoras. Partícipes siempre ha mantenido una operatividad aunque, constantemente, se ha presionado al departamento para trabajar con una remuneración demasiado competitiva y una exigida distribución de su ubicación y disposición física dentro de la empresa, totalmente distante de la Mesa de Dinero -otro emblemático departamento de las empresas financieras-.





En Santiago de Chile a 17/11/2009.

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